Unos pocos meses atrás, inesperadamente, recibí un e-mail de una mujer a quien llamaré Ann. Ella fue víctima de una “vidente”, y el texto del asunto decía: “Fraude psíquico u$s 42.000+”. El texto del email, y la copia adjunta del papeleo administrativo que Ana había presentado en la Corte Superior de Connecticut, era alarmante. En diez semanas, esta mujer aparentemente había perdido los ahorros de toda su vida a manos de una vidente. (Nota: imagine comillas en las palabras vidente y médium cada vez que las vea en este artículo; ello me ahorrará el desgaste de ponerlas con mi teclado).
Esta fue la primera vez que me pasaba algo así. No estoy al tanto de cuestiones legales y no tengo experiencia en estos asuntos. No había nada que pudiera hacer por Ann. Siendo contactado por alguien en tan mala situación, que pensaba que yo la podía ayudar de alguna manera —en un área en que era realmente inepto— era una experiencia desalentadora.
Llegado este punto, usted debe estar preguntándose las mismas cosas que yo después de leer el e-mail. “¿Por qué Ann acudió a mí? ¿Y cómo consiguió la dirección de mi e-mail? ¿Por qué ella pensó que yo podía hacer algo respecto de este tipo de cosas, o que la podría ayudar de alguna manera?” Ann no aclaró nada de esto y no fue específica sobre lo que esperaba que yo podría ser capaz de hacer por ella.
Después de pensarlo brevemente, se me ocurrió una hipótesis acerca de cómo consiguió mi información de contacto: probablemente fue porque yo entrevisté al destructor de videntes, detective Bob Nygaard para el Skeptical Inquirer, y los dos artículos están disponibles en el sitio web del CSI. Como prueba de la hipótesis googleé “fraude psíquico investigador privado”. Estos fueron los resultados de la búsqueda:
¡Bingo! Los tres primeros hits de búsqueda constituyen todo mi trabajo. (También escribí el artículo de Wikipedia sobre Nygaard antes de entrevistarlo para el Skeptical Inquirer). Las frases fraude psíquico (o paranormal) e investigador privado se usaron ampliamente en los tres artículos, y mi nombre y dirección de e-mail estaban disponibles en los artículos del SI.
Obviamente, Nygaard era la persona que Ann estaba buscando; él ayuda a víctimas de este tipo de crímenes para llegar a la justicia, y eso quedó claro en mis dos entrevistas y en mi artículo de Wiki. Por alguna razón, Ann no dio un paso más googleando el nombre de Nygaard. Si lo hubiera hecho, habría visto esto:
Las primeras dos entradas son el artículo de Wikipedia sobre Nygaard y su cuenta de Twitter. Ambos contienen la información de contacto de Nygaard. En todo caso, lo único que yo podía hacer era poner en contacto a Ann y Nygaard, así que escribí una amable respuesta, y le di a ella la información sobre Bob. También le escribí a Nygaared para avisarle. Lamentablemente, Bob me dijo que recibía por día un promedio de cuatro o cinco llamadas o e-mails como este. Las probabilidades de que le contestara a Ana no eran favorables, y aparentemente no hay nadie más que se especialice en este tipo de fraudes. Pero hice lo que pude.
En primer lugar, usted puede preguntarse por qué una víctima como Ann necesita contratar a un investigador privado. Había depositado su confianza en alguien que la había estafado haciéndole perder mucho dinero. Entonces, luego de darse cuenta de que había sido engañada, había acudido a las autoridades apropiadas y pedir que la mujer fuera procesada. El fraude es un crimen —sea paranormal o de otra índole— ¿no? Eso debería ser todo lo que Ann necesitaba hacer. ¿Correcto?
En un mundo perfecto tal vez. Pero en nuestra realidad, cuando alguien informa a las autoridades policiales que es víctima de este tipo de fraude, frecuentemente es ignorado y se le dice que es una cuestión civil. La actitud es que “Ud. tiró su dinero por libre decisión. Nadie le puso un arma en la cabeza. Aquí no hay crimen”. Luego de ponerse en contacto con Ann, Nygaard me dijo que eso era exactamente lo que a ella le pasó. Las autoridades le dijeron que no iba a ocurrir ningún arresto ni acusación, y que para obtener justicia su único recurso era demandar a la vidente en un caso civil.
El hecho de que estos casos sean raramente procesados como crímenes es una de las razones por las cuales siempre resulta fácil atacar a las víctimas de los videntes. Éstos saben que generalmente pueden evitar ser arrestados y procesados. Incluso cuando son amenazados con un juicio o demanda, lo peor que usualmente sucede es que se se vean forzados a devolver las ganancias ilícitas que obtuvieron de una víctima específica que inició una querella. Así, están liberados para continuar practicando su arte, como vampiros al acecho de una nueva provisión de rica sangre. Tengo que preguntar: ¿Qué pasaría si el único castigo para el robo sería que el ladrón devolviera los bienes con los que fueron agarrados con las manos en la masa en una situación particular? ¡No un poderoso incentivo para ir por la buena senda!
De acuerdo a Nygaard, la probabilidad de ir a la cárcel si uno comete un crimen de esta naturaleza es muy baja. El número de personas que caen en la trampa de estos artistas del fraude, y no pueden obtener justicia por una razón u otra, debe ser abrumador.
¿Cuánto dinero se pierde con estos criminales? Considere solo el pequeño subconjunto de víctimas que se pusieron en contacto con Nygaard en un período de aproximadamente diez años, que él aceptó como clientes y para quienes inició un proceso exitoso. En total, suman más de tres millones de dólares. Tenga presente que esto fue solo para un conjunto de procesos en una sola década. Intentar extrapolar esta abrumadora cifra al monto total de dinero perdido y nunca recuperado por todas las víctimas del fraude paranormal está más allá de mis capacidades. Algunas pérdidas individuales fueron relativamente pequeñas —aunque no tal vez para la víctima— pero otras son enormes para los estándares de cualquiera. Nygaard está relacionado con un caso individual en el que estaban en juego 15 millones de dólares en pérdidas no recuperadas.
No solo la gente sin educación es víctima de este tipo de crímenes. De acuerdo a Nygaard, estos artistas del fraude son expertos en la manipulación psicológica, y el tener una educación avanzada no evita que caigamos en sus estafas, que conocen bien. Nygaard dice que recibe llamadas de abogados, médicos, CEOs, y profesores de la facultad. Le cuentan sus historias de terror, pero a veces sienten que la naturaleza de estos crímenes es demasiado humillante para sacarla a la luz. Alguien puede sentir que su reputación vale más que los cientos de miles de dólares, o más, en los que fueron estafados, de manera que no buscan justicia. No asuma que los videntes desconocen esto.
Entonces ¿de dónde se obtiene este grupo de víctimas? ¿Cómo hay tanta gente que puede ser convencida para entregar enormes sumas a un vidente? En una Encuesta Pew de Estadounidenses (Pew Poll of Americans), en 2018, el 41 por ciento de los encuestados dijeron que creían en los videntes. Un grupo de víctimas no es nada… este es un verdadero océano en el cual los artistas del fraude pueden pescar a sus víctimas.
¿Por qué tanta gente hoy cree en la magia? Como la mayoría de los asuntos psicológicos, es un tema complicado. No pretendo comprender todas las razones, pero entre las causas debe estar la falta de cursos de pensamiento crítico en la educación temprana. También tengamos en cuenta que la encuesta Pew mencionada muestra que los estadounidenses religiosos son cuatro veces más proclives a creer en los videntes que los que se auto-identifican como ateos. Parece que si su visión del mundo incluye la creencia en lo paranormal y en la vida después de la muerte, entonces está a un paso de creer en comunicaciones telepáticas con sus parientes fallecidos (cuyo nombre comienza con “J” o con “M”) realizadas por su vecino que es médium y vidente. No solo es posible sino quizá incluso probable. Le pregunté a Nygaard (que se crió como luterano y dice que todavía cree) si pensaba que la creencia religiosa por sí misma nos da una mano para hacernos caer en fraudes paranormales. Me sorprendí un poco cuando me dijo: “Sabes, nunca me encontré con un caso donde un ateo fuera engañado por un vidente. Nunca tuve un caso como ese. No estoy diciendo que no puede pasar, pero no lo he visto”.
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Agregado al impacto de la religión respecto de la edad en tales creencias, yo le echo la culpa directamente a los “reality shows” de la TV que tratan temas paranormales y en los entretenimientos del tipo válvulas de escape que crean estas tonterías. Estoy hablando de los programas de TV retratan a la mediumnidad con total credulidad. En la larga lista de agresores están The Hollywood Medium con Tyler Henry (en E!), Monica the Medium (en ABC Family), Long Island Medium (en TLC) y Seatbelt Psychic (en Lifetime).
En estos shows, gracias a la combinación de una edición favorable, la lectura en frío y otras formas de engaño:
- Tyler Henry “demuestra cómo usa su extraordinario don para comunicarse con el otro lado trayendo confort, conclusiones emotivas, y esperanza a sus clientes (celebridades de Hollywood)”.
- Monica Ten-Kate, se presenta a la estudiante de la Penn State University “involucrada con la facultad, los jóvenes, y el hecho de que puede hablar con los muertos”.
- Theresa Caputo, “ una madre común de Long Island … [ayuda] a los individuos a conectarse con los espíritus de los seres queridos que han partido”.
- Thomas John “elige pasajeros que comparten un viaje y revela que se puede comunicar con los muertos”.
Puedo escuchar a los creyentes diciendo: “Es Televisión Verdad, así que debe retratar exactamente lo que ocurre frente a las cámaras, ¿correcto? No van a editar estos shows para ocultar todos los errores y solo mostrar los aciertos afortunados, ¿no? No usarían engaños de ningún tipo, ¿no?
Y desafortunadamente estos shows de TV, cada uno dedicado a un médium particular, son solo la punta del iceberg. Aparte de estos programas hay incontables apariciones de videntes y médiums en la TV, durante el día, dándoles rienda suelta para que lleven a cabo su actuación, sin oposición alguna de la gente que conoce las técnicas y trucos que se están utilizando. Algunos de ellos fueron destacados en un maravilloso desmontaje de videntes y los medios que los apoyan en un segmento del programa Last Week Tonight de febrero de 2019 por John Oliver. Los clips de las conversaciones en las introducciones del show para los videntes y médiums, que incluyó Oliver, fueron ejemplares respecto de la naturaleza crédula de la TV basura:
- “Mi próxima invitada comenzó a comunicarse con los muertos cuando era una bebita” (Meredith)
- “Ella es una esposa y una madre que también suele hablarle a los muertos…” (Steve Harvey)
- “Por favor demos la bienvenida a la vidente de las mascotas de las celebridades… (LIVE with Kelly & Ryan)
- “Nuestro próximo invitado es un clarividente de las estrellas…” (The Doctors)
- “Regresamos con un grupo de amigos que comparten un vínculo único: son todos videntes…” (Dr. Oz on The Dr. Oz Show)
Y desgraciadamente, el problema no se limita a la TV. Muchos medios influyentes, de prensa escrita y online, se unen vendiendo este sinsentido al público. Por ejemplo, a Anthony William, el “Médium médico” se le dio una plataforma y fue aclamado por la popular gigante Goop (compañía de salud natural) de Gwyneth Paltrow como: “uno de los más inusuales y sorprendentemente esclarecedor de los sanadores actuales … la voz de una fuerza divina llamada Espíritu lo guía para identificar las raíces de las enfermedades difíciles de diagnosticar que tienen sus pacientes y encontrar las mejores soluciones para restaurar su salud…”. (El artículo de archive está aquí)
A propósito, ¿cómo es que William no es procesado por practicar la medicina sin licencia alguna? Y ¿por qué Paltrow no es acusada de algo (tal vez de ser cómplice de mala praxis médica) por promocionar sus servicios médicos paranormales?
Asì que, sume toda esta influencia mediática y tendrá el pensamiento de una persona común: “Hey, Gina Marks en esa pequeña esquina frente a un negocio en la calle, quien promociona una primera lectura gratuita, es seguramente legítima. ¿Cuál es el daño si la consulto ahora? Hey, ¡es gratis!” Si tan solo los verdaderos creyentes buscaran la verdad, en lugar de aceptar de hecho lo que ven en estos shows televisivos…
Hay contrapuntos respecto del mantra que dice que los “videntes son reales” fácilmente disponibles para cualquiera que está mirando… si ellos solo pudieran mirar. (Un ejemplo es este video que expone en forma brillante las técnicas de lectura en frío con público en vivo). Y cada médium vidente famoso tiene un artículo en Wikipedia que incluye una colección de criticismo irrecusable que debería convencer sobre lo que está pasando a todo el mundo excepto (quizá) a la propia madre del médium. Vea por ejemplo Tyler Henry, Monica the Medium, Long Island Medium, y Thomas John.
Como ejemplo, echemos un vistazo al médium vidente Thomas John. El 26 de febrero de 2019, The New York Times publicó un relato de Susan Gerbic y Mark Edward informando sobre una operación fraudulenta, que probó que John estaba usando información adquirida de cuentas de Facebook de público falso durante lecturas grupales. (Bueno, para ser justos, tal vez no fue John o su equipo. Quizá fueron los espíritus con los que John estaba en contacto. Quizá ellos odiaban al tipo por tergiversarlos y perturbar sus bien merecidos sueños, así que accedieron a los posteos falsos de Facebook y le dieron a John la información fabricada para hacerlo quedar mal. ¡Sí, justo lo que necesitaba!
Gerbic también hizo un análisis detallado del programa de John, Seatbelt Psychic Lifetime , e informó que los “insospechables” pasajeros a los que John les hizo lecturas en en show son realmente actores. Todo esto está documentado ahora en el artículo sobre Thomas John en Wikipedia y se lo puede buscar en Google para chequearlo.
Pero estos tipos de desarticulación de videntes no ocurren de forma frecuente como para contrarrestar los disparates lanzados al público desde todos lados. Y aquellos que ya han sido convencidos para creer, generalmente no buscan evidencia que pudiera negar sus creencias firmemente sostenidas. Como anécdota, he fallado miserablemente cada vez que traté de brindar información disconfirmatoria a un genuino creyente. Ni siquiera van a leerla porque saben que estoy equivocado … porque lo han visto por TV.
Así que volvamos a las víctimas como Ann. No todos los videntes obtienen grandes sumas de dinero de víctimas individuales, pero sí lo suficiente como para mantener ocupado a Nysgaard a tiempo completo por el resto de su vida laboral. Como él dice, sus clientes son solo “la punta de un enorme iceberg”. Y es un iceberg en constante crecimiento, compuesto por víctimas destruidas económicamente.
Los creyentes me dicen que un porcentaje de todos los profesionales —incluso doctores— son manzanas podridas, así que exponer a los malos mediums no prueba que todos sean fraudulentos. Muy cierto. Podré garantizar incluso que un porcentaje de la gente que afirma tener poderes paranormales pueden auto-engañarse, quieren ayudar a la gente, y no están llevando a cabo estafas (intencionales). El auto-engaño es algo poderoso. En este subconjunto de videntes, ellos pueden creer que realmente están ayudando a la gente, cobrando una tarifa mínima por sus “servicios”, y no tienen intención de obtener de sus clientes grandes sumas de dinero, hasta llegarlos a poner en bancarrota.
Entonces, ¿cuál es el daño de asumir que alguien puede tener poderes paranormales y puede ayudarlo? Bien, usted necesita ir a un médico de vez en cuando. Y sabemos que la medicina es auténtica y a menudo necesaria. La diferencia es que los poderes paranormales no lo son. No hay absolutamente ninguna razón para darle una oportunidad a un vidente. Creer que alguien tiene estos poderes —cuando nadie los tiene— lleva a las personas a una desastrosa estafa, por ninguna buena razón. Porque, ¿he mencionado que Nadie Puede Hacer Esto?
¿Cómo pueden los escépticos afirmar esto con tanta seguridad? La respuesta breve es que nosotros conocemos los trucos que se usan, y sabemos que nadie ha demostrado tales poderes en condiciones controladas (por ejemplo, condiciones que no permitan la posibilidad de engaño). Si alguien pudiera demostrar tales poderes de forma concluyente, en la larga historia de afirmaciones de esa clase, ¿no lo habrían hecho ya? Además del (solo recientemente caduco) Desafío Paranormal de Un Millón de Dólares (al que muchos se han sometido y ninguno ganó) hay una plétora de otros premios más pequeños. Un verdadero creyente me dijo que “los videntes genuinos no tienen nada que probar u obtener ganando tal desafío”. ¿De veras? ¿Qué tal si se probara de una vez y para siempre que realmente existe la vida después de la muerte? Si no necesitan un premio monetario, entonces que lo donen para caridad o para la investigación sobre el cáncer. ¡Qué patética excusa!
Para resumir: a pesar de la persistente falta de pruebas confirmatorias, y a pesar de toda la evidencia contraria, los poderes paranormales ampliamente declarados en los medios colectivamente refuerzan la creencia media de las personas acerca de que este fenómeno imaginario es verdadero. Ello contribuye, al menos en parte, a convencer a la gente de que un vidente puede ayudarle a resolver sus problemas. Esto los expone innecesariamente a la posibilidad de una pérdida destructiva e irrecuperable en manos de artistas del fraude que son maestros de la manipulación psicológica. Parece que todos los medios que provocan la perpetuación de la creencia en los poderes paranormales tienen las manos manchadas de sangre.